LA RAZÓN: Estas 10 mujeres españolas tienen la fórmula magistral para llevar la ciencia a la empresa

Estas 10 emprendedoras, protagonistas de INNOVADORES en el último año, aplican la innovación en el mercado

 

Son 10 ejemplos. 10 referentes de que es posible ser mujer, científica o ingeniera, fundar una empresa y alcanzar el éxito dentro y fuera de nuestras fronteras. Afortunadamente, hay muchas más como ellas. No se entienda este listado como una clasificación o una competición, no es más que un espejo que refleja caminos comunes marcados por el trabajo, la pasión (por la ciencia o la tecnología) y la brillantez. Un homenaje a todas las personas, independientemente de su género, que llevan la excelencia a una economía sedienta de savia nueva. Ellas 10, simplemente, han protagonizado INNOVADORES en algún momento del último año. Puro azar. Oro puro.

1. María López (Bitbrain)

La cofundadora y CEO de Bitbrain Technologies es licenciada en Matemáticas y doctora en Ciencias de la Computación. Su empresa, que atesora más de 150 artículos científicos y 60 productos propios, ha sido capaz de sacar de la universidad la neurociencia y la neurotecnología y aplicarlas a la industria. Entre sus hitos más recientes destaca haber llamado la atención del gigante del motor Nissan para desarrollar de la mano el primer prototipo real que conecta la mente del conductor al coche.

2. Rocío Arroyo (Amadix)

Rocío Arroyo, alma máter y CEO de Amadix, tiene por bandera la lucha contra el cáncer. La misión de esta doctora en Farmacia es ‘pillar’ la enfermedad incluso antes de que aparezcan los primeros síntomas perceptibles. La empresa, que en la última edición del South Summit ganó el premio a mejor startup, solo necesita una muestra de sangre común y sus algoritmos se encargan del resto. Han empezado con unos de los cánceres más mortales, el de colón, y Arroyo confía en que su herramienta podría curar y prevenir el 90% de los casos. Por eso su tecnología ya está patentada en 11 países. Tras demostrar el éxito con 1.000 pacientes en España, este 2019 se probará en Alemania, Polonia, Estados Unidos y China.

3. Mercedes Vila (Biotech Foods)

Mercedes Vila ha asumido el reto de crear la primera carne cultivada en España. Junto a tres socios, ha lanzado Biotech Foods, donde ha ideado la forma de crear carne sin sacrificar animales, cuidando el medio ambiente, sin modificación genética y con el sabor de siempre. Esta doctora en Física de Materiales ha tomado su especialidad, la medicina regenerativa, como base de la tecnología que está desarrollando su empresa. La idea es hacer crecer en el laboratorio una muestra de células de los animales para que formen tejido. Así se obtiene una pasta con la que procesar salchichas, ‘nuggets’ o hamburguesas. Sin que muera ni un animal. “De una muestra de un cerdo se puede obtener la misma carne que de 200 cerdos”, compara. Vila y sus socios trabajan ahora en el escalado del sistema, que esperan salga a la luz en 2021.

4. Mercedes Iborra (Visual Nacert)

Mercedes Iborra, mano a mano con su hermana Lucía, es uno de los rostros protagonistas de la nueva revolución agrotech. Esta ingeniera agrónoma ayuda a agricultores europeos, americanos y australianos a gestionar la información de sus cultivos y tomar mejores decisiones desde el teléfono móvil. La plataforma de Visual Nacert automatiza hasta un 85% la gestión del tradicional cuaderno de campo. La empresa ha conseguido llamar la atención y ganarse la confianza del principal líder en el mercado de los tractores: la multinacional John Deere, que ha apostado por su tecnología para llevar los datos de sus tractores al móvil del agricultor.

5. Alicia Asín (Libelium)

Alicia Asín cogió las riendas del internet de las cosas en España antes, incluso, de que este concepto existiese. Con su socio David Gascón, esta ingeniera informática lleva 12 años digitalizando el mundo real a través de Libelium. El secreto de su éxito se llama Waspmote, una plataforma de hardware con 120 sensores que controlan de forma inalámbrica cualquier parámetro ambiental y envía la información a internet. Sólo en el último año, Libelium ha conectado la bodega Pago de Aylés para mejorar un 25% la calidad de su uva; la Ensenada de Cook, en Alaska, para controlar el bienestar de las belugas; el río Volga para medir su nivel de contaminación; o el aeropuerto de Manchester para controlar los movimientos de los viajeros dentro de sus terminales.

6. Nerea Subirán (Sperm Select)

La doctora en Fisiología Nerea Subirán quiere sacar al mercado el resultado de su investigación en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Su grupo ha identificado un biomarcador capaz de escoger los mejores espermatozoides para aumentar hasta un 20% la tasa de embarazo. Subirán ahora ha tomado la responsabilidad de poner este test a disposición de la población a través de la ‘spin off’ Sperm Select. Su tecnología, protegida bajo patente, se trata de un biomarcador (una proteína) a través de la cual se seleccionan los mejores espermatozoides y así se obtiene un mayor número de embriones de mejor calidad. Subirán espera comercializar el dispositivo en un par de años.

7. Fátima Lucas (Zymvol)

Fátima Lucas quiere sacar todo el potencial de las enzimas. Esta licenciada en Química y doctora en Química Computacional trabajaba, con sus dos socios actuales, en el centro nacional de supercomputación en España (el Barcelona Supercomputing Center). Hoy dirige su propia empresa, Zymvol Biomodeling, con el objetivo de aplicar la simulación computacional a estas moléculas orgánicas. Así es capaz de diseñar enzimas para la industria en tiempo récord. Su tecnología es capaz de probar 50.000 proteínas al día en un ordenador, algo que con los métodos tradicionales implicaría cientos de horas de trabajo en el laboratorio.

8. Arantxa Yáñez (Feltwood)

Arantxa Yáñez ha hecho de su sueño su profesión. De pequeña quedó impactada por la imagen de un amasijo de plástico flotando sobre el mar. Ahora, junto con Óscar Longares, ha desarrollado una tecnología que permite crear materiales con propiedades superiores y totalmente ecológicos a partir de residuos orgánicos. Sólo con restos de lechuga, por ejemplo, duplican la dureza del plástico ABS y triplican la de la madera más fuerte. Aunque su ‘know how’ estaba en la ingeniería industrial, Yáñez no tuvo ningún problema para especializarse en un ámbito nuevo para ella. Ahora, con Feltwood, ha logrado idear una nueva forma más sostenible de crear mejores materiales.

9. Marisa Hernández (Ingelia)

La ingeniera industrial Marisa Hernández lleva las riendas de Ingelia, una de las primeras empresas del mundo que ha conseguido convertir residuos en biocarbón a escala industrial. Su tecnología de carbonización hidrotermal permite tratar más de 16.000 toneladas al año de residuos para transformarlas en 5.000 toneladas de este material que es capaz de sustituir al lignito (carbón mineral de origen fósil). De hecho, ya tienen registradas 14 patentes internacionales sobre el desarrollo industrial de esta tecnología. La compañía ahora invetsiga cómo usar este carbón para aprovecharlo más allá del sector energético. Por ejemplo, para hacer plásticos renovables y biodegradables.

10. Anna Sala (Adan Medical Innovation)

La doctora Anna Sala ha dejado la consulta para emprender. Junto con el también médico Adrià Curran, ha creado Adan Medical Innovation con el fin último de reducir las muertes por anafilaxia (reacción alérgica grave) mejorando las condiciones de los autoinyectores de adrenalina. Para lograrlo, han patentado una funda inteligente que, mediante varios sensores, controla los parámetros del autoinyector y, además, avisa al paciente cuando se le olvida o está a punto de caducar. También permite activar un sistema de emergencia que avisa a contactos predefinidos si el paciente está experimentando una reacción y se les envíe la localización exacta e instrucciones de cómo administrar el medicamento.


LA RAZÓN: Enzimas para la industria en tiempo récord gracias a la simulación en ordenador

El software de la startup catalana Zymvol Biomodeling es capaz de probar 50.000 proteínas al día ahorrando tiempo y costes en el laboratorio

 

Las enzimas son como los cohetes de la naturaleza. La misión en la vida de estas moléculas orgánicas es acelerar la velocidad de las reacciones químicas. Así, estos codiciados catalizadores se presentan como una alternativa medioambientalmente sostenible y más eficiente para, por ejemplo, la producción de compuestos en detergentes o alimentos. Pero, claro, no están preparados para soportar procesos industriales.

La startup española Zymvol Biomodeling ha dado con la solución: la simulación computacional para el diseño de enzimas. A finales de 2016, los investigadores del centro nacional de supercomputación en España (el Barcelona Supercomputing Center) Fátima Lucas, Emanuele Monza y Víctor Gil se liaron la manta a la cabeza y crearon su propia empresa aprovechando el conocimiento desarrollado.

"Imagina que pudieras ver una enzima a simple vista", ejemplifica la CEO, Fátima Lucas. "Eso es lo que hacemos mediante simulación, ver la estructura tridimensional de una proteína en ordenador y cómo interactúa con pequeñas moléculas, que son el sustrato", explica. Su software propio permite, por tanto, diseñar enzimas para la industria.

En alimentación, por ejemplo, se han convertido en un activo clave. "Ahora encontramos una amplia variedad de productos sin lactosa en el supermercado, pero hace 15 años no existía nada", comenta Lucas. "Todos existen gracias a una enzima llamada lactasa".

El problema es que este tipo de moléculas no están preparadas para sobrevivir a las duras condiciones de un reactor químico industrial porque están preparadas para vivir en organismos vivos. Entra en juego la ingeniería de enzimas, que Zymvol Biomodeling ha reinventado.

Hasta ahora, la simulación computacional se ha utilizado principalmente en la búsqueda de nuevos fármacos. Esta metodología consiste en usar una proteína como diana terapéutica y buscar moléculas para ella. "En el diseño de enzimas se hace al revés", expone la CEO. "Se mantenie la molécula, el sustrato, y se modifica la enzima".

El resultado es que sustituyen "miles de pruebas" en laboratorio por simulación computacional. "Somos capaces de probar 50.000 proteínas al día en un ordenador", especifica. Un caso típico, por ejemplo, implicaría "cientos de horas" de trabajo en el laboratorio (con sus respectivos miles de euros asociados).

A pesar de su juventud, la empresa, con sede en Barcelona, ya cuenta con clientes en España, Austria y Corea; pero por cuestiones de confidencialidad no puede revelar información sobre sus proyectos. El futuro lo afronta con dos grandes retos: entrar en el mercado estadounidense y avanzar en la automatización de su software.